martes, 19 de junio de 2018

TERUEL EXISTE - INSISTE - RESISTE




Teruel, cenicienta; Teruel, hermana, que solo de tarde en tarde encuentras la horma de tu zapatito y te haces oír; que solo en raras ocasiones haces gala de tu existencia y demuestras que estás ahí, a pesar de las infraestructuras postergadas, de los hospitales fantasmas y del descuido institucional.

Una vez al año, los amantes rememoran su entrañable drama ante miles de turistas, enamorados a su vez de tu belleza mudéjar, de las esbeltas torres y de tu riqueza gastronómica; del jamón curado en la sierra y de los frutos arrancados a la tierra con mucho esfuerzo, dolor y esperanza. Mas, como veleidosos tenorios, los visitantes muy pronto se olvidan de tu hermosura, tal cual lo hacen los gobiernos central y autonómico. Y ahí te quedas, compuesta y sin novio, despidiendo a tu gente, que suelta amarras, rompe sus raíces y dice adiós, camino de otras tierras con más oportunidades y donde la vida sea menos ingrata; donde los jóvenes dispongan de internet, acudir a un centro hospitalario no sea una quimera y correr más que el tren una apuesta ganadora. Y ahí sigues, porque tampoco en Bruselas te conocen y nada han escuchado de pueblos hoy envejecidos y mañana abandonados. Pero tornas a gritar y expandir con energía tu clamor: «Teruel existe». Y mientras tañen con fuerza las campanas de todos tus pueblos, una vez más te haces oír en la plaza del Pilar y voces zaragozanas se unen a la tuya para que la injusticia no siga atropellando tus ilusiones. Miles y miles de voces a una, porque todos comprendemos que cuando Teruel languidece, lo hace también Aragón. Y artistas, creadores y escritores, que tanto sabemos de la inmensa soledad del trabajo en una habitación vacía, también estamos contigo. Hoy y siempre, unidos por un destino común, todos somos Teruel. 

Texto: Carmen Bandrés.- Heraldo de Aragón

martes, 12 de junio de 2018

ALIAGA: Vacas wagyu japonesas criadas en los montes de Teruel




Un grupo inversor instala en Aliaga la que pretende ser la granja de carne de wagyu -el mal llamado kobe en ocasiones- con mayor pureza genética de España.
La localidad turolense de Aliaga, en la Cuencas Mineras, acoge desde hace unos meses a unos nuevos vecinos de origen exótico que ya están pastando por sus campos. Son vacas wagyu, de origen japonés, uno de los ganados más prestigiosos del mundo cuya carne puede alcanzar fácilmente en el mercado los 300 euros por kilo.
La iniciativa, que ya cuenta con unos 100 animales y sigue en proceso de ampliación, ha sido promovida por la empresa valenciana Fincas del Turia dedicada de forma principal a la construcción. La finca en la que están los primeros animales cuenta con unas 300 hectáreas pertenecientes a una explotación que llevaba abierta desde 1971 y que fue actualizada en 2015 para cumplir con los estrictos regímenes de cría que exigen los estándares internacionales de este tipo de carne, que se comercializará desde Teruel bajo la marca 'Mudéjar Wagyu'.
¿Pero cómo han llegado vacas japonesas hasta los prados de Teruel? “En un principio nos planteamos la posibilidad de introducirla mediante animales vivos, pero la dificultad para encontrar la mejor genética nos llevó a introducirla mediante la adquisición de embriones”, explican desde el grupo. Una vez introducidos estos embriones en su primera etapa de desarrollo en vacas receptoras locales en el terreno, el proceso se ha completado manejando con cuidado el linaje genético del ganado para que pueda ser reconocido bajo la variedad Tajima Wagyu 100% 'Full Blood', un sello que describe a las cabezas que no registran ninguna prueba de cruce con otras razas y cuyo pedigrí puede remontarse hasta Japón.
El objetivo de esta explotación es tener en 24 meses una cabaña ya en condiciones de salir al mercado. Estos animales, que se crían hasta los 36 meses, pueden alcanzar unos 800 kilos de peso. Para ello, se cría a los animales en un régimen de semi-libertad alimentándolos con pienso de especial calidad. La iniciativa, con una potente inversión, cuenta además con el asesoramiento de expertos japoneses y del conocido cocinero Martín Berasategui.
No es kobe todo el wagyu
El auge de la carne de estos animales ha crecido en los últimos años por su calidad, la cual radica en el marmoleo y el veteado de grasa de la carne. Sin embargo, tal y como explicaban en un artículo varios cocineros aragoneses,  el mercado ha sobredimensionado su demanda hasta el punto de ser muchas veces engañoso. Como carne de kobe solo se conoce estrictamente según los estándares japoneses a la producción de wagyu de la variedad tajima en la prefectura de Hyogo, donde estos animales son cuidados hasta el exceso casi de forma ritual. Esto hace que su precio alcance valores astronómicos y que sea muy poca la producción que sale del país nipón. Por eso, en casi la totalidad de los casos, cuando en un restaurante se dice que se está ofreciendo carne de kobe en realidad lo que se está ofreciendo es wagyu criado en Australia, Estados Unidos, o como cada vez empieza a ser más común, también en España.
Desde Mudéjar Wagyu hacen hincapié en desligarse del nombre 'kobe' aunque sus vacas sí que son de la misma raza que las que dan lugar a esta carne. De un modo u otro, el precio del wagyu de primera calidad, como el que se pretende producir en Aliaga, puede ascender a entre los 200 y 300 euros el kilo en el mercado.
Aliaga, un laboratorio de razas de ganado de primer nivel
La iniciativa de Mudéjar Wagyu coincide en lugar y tiempo con otra liderada por el grupo turolense Térvalis, que también en los montes de Aliaga, a 1.500 metros de altitud, ha puesto en marcha en la zona una explotación experimental con vacas cachenas, originarias de Galicia. Dotadas con una larga y puntiaguda cornamenta, en Teruel están gracias a esta iniciativa 180 ejemplares de los apenas 3.000 que quedan en toda España. El objetivo de esta última explotación es la puesta en el mercado de un producto gourmet de cara al consumidor árabe.

sábado, 2 de junio de 2018

La Patrulla Águila arranca gritos de admiración en su exhibición sobre el cielo de Teruel



Miles de personas han seguido las piruetas de siete reactores

La Patrulla Águila ha enamorado a los turolenses en la exhibición que ha realizado en el mediodía del sábado sobre los cielos de Teruel. El escuadrón acrobático del Ejército del Aire ha hecho numerosas maniobras aéreas y varias pasadas sobre la ciudad con estelas de humo dibujando la bandera española.

La exhibición, que ha comenzado a las 13:30 y se ha prolongado durante una media hora, ha atraído a numerosas personas procedentes no solo de Teruel sino de otros lugares como Valencia y Zaragoza.

A pesar de la amenaza de lluvia, cuando entró en escena la patrulla los cielos se han despejado y han podido desarrollar sus acrobacias aéreas, aunque como ha reconocido el speaker durante las explicaciones que daba por megafonía, la orografía del término municipal y las aves que sobrevolaban la ciudad no se lo han puesto nada fácil. La exhibición acrobática ha sido todo un éxito y muy aplaudida por el público.

La zona del viaducto, la Glorieta y el Óvalo ha congregado a multitud de espectadores que han disfrutado de las acrobacias realizadas por estos pilotos especialistas en una mañana con abundante nubosidad que, sin embargo, no ha impedido que se apreciaran bien todos los movimientos de los aparatos que han sobrevolado los cielos de Teruel durante algo más de media hora.

El Diario de Teruel