sábado, 27 de mayo de 2023

EL TOSTADO: EL ESPAÑOL QUE MÁS HA ESCRITO DE TODOS LOS TIEMPOS


"Escribes más que el Tostado"

«Es muy cierto que escribió, para cada día tres pliegos, en los días que vivió; su doctrina así alumbró, que hace ver a los ciegos», reza el epitafio de Alonso Fernández «El Tostado », el eclesiástico español del siglo XV al que se le recuerda en el dicho «escribir más que el Tostado».

Si el epitafio no exagera, el Tostado llegó a redactar unos 53.880 pliegos, según el recuento que hizo Francisco Rodríguez Marín en sus « Quinientas comparaciones andaluzas » y hasta 70.225 pliegos a juicio de Julio Cejador.

El Tostado, también llamado Alonso de Madrigal por haber nacido en este pueblo de Ávila o «el Abulense» por haber sido obispo de Ávila, fue considerado el máximo prodigio intelectual de su tiempo. A los 18 años era filósofo, jurisconsulto y teólogo con tales conocimientos que a los 25 ya tenía fama de ser una de las personas más sabias en aquella España de Juan II de Castilla.

En Salamanca, donde fue Eugenio IV le nombró Maestrescuela de la Catedral, «llegó a hacerse dueño por sorpresa de todas las ciencias que allí se enseñaban», según recoge José María Iribarren. Cuentan que nunca olvidaba lo que leía y recitaba de memoria pasajes enteros de la Biblia y toda la « Summa Teológica » de Santo Tomás de Aquino.

Su juventud, su fama y su sabiduría despertó envidias de otros que le acusaron de hereje y fue llamado por esta causa a Roma. «El Tostado» escribió un «Defensorio» en el que mostró su erudición asombrando al Papa y a cuantos le oyeron. José de Vieira y Clavijo, en su « Elogio de don Alonso Tostado » describe cómo fue para Italia un espectáculo singular el enfrentamiento teológico entre El Tostado y Juan de Torquemada , que sostenía la acusación: «Torquemada tenía mucho de aquel ardor polémico que con su nervio y sequedad aterroriza; el Tostado, aquella luminosa amenidad y varia riqueza que persuade y agrada».

Alonso de Madrigal asistió al Concilio de Basilea y fue consejero de Juan II, el padre de Isabel la Católica, que le nombró canciller mayor y abad de la Colegiata de Valladolid, agraciándole posteriormente con el obispado de Ávila que ocupó hasta su muerte el 3 de septiembre de 1454 en la localidad de Bonilla de la Sierra , donde acostumbraba a retirarse para estudiar y escribir. Acababa de cumplir los 55 años, aunque según otros contaba solo cuarenta a su muerte.

Fue tal volumen de páginas las que dejó escritas que parece imposible que alguien pudiera estudiar y escribir tanto. Sus obras en latín constan de 24 tomos en folio a los que se suman otras muchas en castellano. «Solo el catálogo razonado de sus obras que realizó el doctor Pontano consta de dos gruesos volúmenes», señalaba ABC en 1900. No es extraño que en el habla popular aún se aplique la frase «escribir más que el Tostado (o Tostao)» para decir de alguien que trabaja más de lo normal o indicar que una persona sabe mucho.

El Tostado, de quien dicen que era de mediana estatura cuello ancho y cabeza voluminosa, fue sepultado en la catedral de Ávila en un magnífico mausoleo de Vasco de la Zarza , una de las joyas de Ávila. Sobre su sepulcro reza la inscripción: «Hic stupor est mundi, qui scibile discutit omne» (Éste es el asombro del mundo, que se aplicó a todo conocimiento (que se puede saber)).

El grupo de Salamanca

José de Cora incluye una referencia a Alonso de Madrigal en su «Guía de Lugo (Visible e invisible)», que acaba de publicar en la que sitúa a El Tostado en el grupo de Salamanca que habría formado junto a Alonso Suárez de la Fuente del Sauce, Pedro de Munóbrega y Pedro de Ribera. «Aunque no todos ellos son coetáneos, sí trazan líneas de conexión» -estima De Cora- que les relacionarían con investigaciones de tipo ocultista, la Mesa de Salomón, el estudio de la cábala, tesoros ocultos y herejías.

Autor: Jesús Millán Muñoz (colaborador de El Mundo)

 


domingo, 21 de mayo de 2023

PRINCIPALES NOVELAS ESCRITAS EN ESPAÑOL DURANTE LOS ÚLTIMOS 20 AÑOS: LOA ENAMORAMIENTOS DE JAVIER MARÍAS

 


Resumen y sinopsis de

 Los enamoramientos 

de Javier Marías


«La última vez que vi a Miguel Desvern o Deverne fue también la última que lo vio su mujer, Luisa, lo cual no dejó de ser extraño y quizá injusto, ya que ella era eso, su mujer, y yo era en cambio una desconocida...»

Así comienza Los enamoramientos, la nueva novela de Javier Marías, consagrado como uno de los mejores novelistas contemporáneos. María Dolz, la narradora y protagonista, sólo supo su nombre «cuando apareció su foto en el periódico, apuñalado y medio descamisado y a punto de convertirse en un muerto: lo último de lo que se debió de dar cuenta fue de que lo acuchillaban por confusión y sin causa».

Con una prosa profunda y cautivadora, esta novela reflexiona sobre el estado de enamoramiento, considerado casi universalmente como algo positivo e incluso redentor a veces, tanto que parece justificar casi todas las cosas: las acciones nobles y desinteresadas, pero también los mayores desmanes y ruindades.

Los enamoramientos es también un libro sobre la impunidad y sobre la horrible fuerza de los hechos; sobre la inconveniencia de que los muertos pudieran volver, por mucho que se los haya llorado y que en apariencia nada se deseara tanto como su regreso, o al menos que siguieran vivos; también sobre la imposibilidad de saber nunca la verdad cabalmente, ni siquiera la de nuestro pensamiento, oscilante y variable siempre.

domingo, 7 de mayo de 2023

PRINCIPALES NOVELAS ESCRITAS EN ESPAÑOL DURANTE LOS ÚLTIMOS 20 AÑOS

 



Un jurado de 84 expertos ha escogido para Babelia los títulos más relevantes de las dos primeras décadas del milenio:

2666

Roberto Bolaño escribió esta novela cuando se sabía sentenciado a muerte y se publicó un año después de su fallecimiento. Salvo quizá su enigmático titulo —el numeral de un año tan distante—, nada revela aquella brega; todo en este relato es la expresión jubilosa de una imaginación en estado de gracia: múltiple, rápida, nítida, juega con ecos de la literatura universal y otros de la propia vida. Es una cumbre de las letras posmodernas —aunque el adjetivo huela ya a puchero de enfermo—, pero lo cierto es que Bolaño es también un post del llamado boom latinoamericano. Su americanidad es quizá menos intensa pero más extensa, más universal: buena parte de su obra es un irónico diálogo con sus grandes antecesores. Las novelas buscan poner orden, pero el Orden es, en el fondo, un reconocimiento y hasta un tributo a la superioridad estética y epistemológica del Desorden y del Caos. '2666' se divide en cinco “partes” que se complementan y que convergen. Un apunte manuscrito (que se reproduce en la más reciente edición) enumera lo que llama las “líneas, puntos de fuga, folletones” que la vertebran. Como 'Los detectives salvajes', '2666' comienza como una 'quest' colectiva en la que vivir y leer se entrelazan; cuatro jóvenes y desorientados filólogos quieren saber más de un misterioso escritor alemán, Benno von Archimboldi, del que nadie sabe nada. Pero, a vueltas de sus erráticos pasos por el campus global, acaban por llegar (como al final de Los detectives…) al Estado mexicano de Sonora: a una ciudad que, bajo el nombre de Santa Teresa, oculta a Ciudad Juárez. En las dos “partes” siguientes rinden viaje en el mismo paraje un exiliado chileno, Óscar Amalfitano, profesor de filosofía al borde de la locura, y un periodista afroamericano, Oscar Fate, cuyo relato es el perfecto remedo de una novela negra clásica. El “folletón” final del libro cuenta la vida de aquel que todos buscan, el escritor Archimboldi, que es un animado cuento de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Que también desemboca en Santa Teresa porque su sobrino es quizá uno de los asesinos. Y en medio, ‘La parte de los crímenes’, narración escueta y sobrecogedora de los feminicidios que desde 1993 hicieron tristemente célebre el nombre de Ciudad Juárez. Ese volcán de horrores es el centro de convergencia de líneas, fugas y folletones. Y estas 400 páginas (de las que ningún lector sale indemne) dan sentido a las otras 800. Un personaje de '2666' dice que prefiere las obras breves a las desmesuradas (cita a Billy Budd frente a Moby Dick, hablando de Melville); Bolaño lo escribe porque, en su caso, pensaba lo contrario. No cabe duda de que es el relato más admirable del último cuarto de siglo. Quizá también lo sea del inmediatamente anterior y es muy posible que lo haya de ser del siguiente. / JOSÉ-CARLOS MAINER