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sábado, 6 de junio de 2020

El PARQUE GEOLÓGICO DE ALIAGA (TERUEL)



El PARQUE GEOLÓGICO DE ALIAGA (TERUEL): ¡UN ORGULLO LOCAL E INTERNACIONAL


José Luis Simón, catedrático de Geología de la Universidad de Zaragoza y natural de Cobatillas (Teruel) es la persona que viene luchando por este proyecto, ya realidad desde hace años, en cuerpo y alma para que los objetivos de este Parque estén a punto de conseguirse en casi su totalidad. Aliaga y la ciencia geológica, así como todos los visitantes a dicho Parque, están en deuda con este gran profesional competente y altruista que viene luchando con denuedo desde hace muchos años para que lo que en su día pudo sonar a "quijotada" sea ya sobrado motivo de orgullo y satisfacción para todos los que tenemos vínculos con el pueblo de Aliaga, su entorno comarcal, provincial y autonómico y la ciencia en general. A él le debo exclusivamente toda la documentación que tengo sobre este Parque y que tuvo a bien facilitarme en su día para escribir un artículo del que se hizo eco EL DIARIO DE TERUEL el 10 de febrero de 2005 (Parque geológico de Aliaga ¡Ya!)

Aliaga ofrece una riqueza geológica excepcional, con formaciones, estructuras y formas de relieve que constituyen ejemplos únicos. Su interés geológico ha sido reconocido por numerosos científicos españoles y extranjeros que han trabajado y trabajan en ella. Las investigaciones sistemáticas comenzaron hacia los años 60, y han proseguido hasta la actualidad, encontrando continuamente nuevos e interesantes problemas por resolver. Desde el punto de vista didáctico, las visitas y estancias de estudiantes de universidades de España, Holanda, Reino Unido y Alemania son actividades usuales desde hace años.

Esta trayectoria se completó y difundió a nivel popular con la creación, en 1993, del Parque Geológico de Aliaga, una iniciativa pionera en España promovida y desarrollada por el Ayuntamiento de Aliaga y el Departamento de Geología de la Universidad de Zaragoza, que contó con la apoyo del Gobierno de Aragón, el Centro para el Desarrollo del Maestrazgo(CEDEMATE) y el programa LEADER de la Unión Europea. Sus objetivos son divulgar de la geología, facilitar su observación y comprensión y proteger los espacios y puntos geológicos de interés en el entorno de Aliaga. El Parque Geológico de Aliaga está integrado en el Parque Cultural del Maestrazgo, y a través de éste forma parte de la red European Geoparks. De hecho es uno de los cuatro socios fundadores de dicha red, organizada a partir de un proyecto de coorperación transnacional del programa Leader II (Development of Geotourism in Europe).

El Parque Geológico de Aliaga se ha consolidado como elemento de referencia en el uso del patrimonio geológico para uso didáctico y turístico. Su espacio físico comprende parte de los municipios de Aliaga e Hinojosa de Jarque, donde quedan incluidas, además, las localidades de Santa Bárbara, Aldehuela, Campos, Cirugeda, La Cañadilla y Cobatillas. En él puede seguirse, a lo largo de un total de 11 itinerarios y puntos singulares, el registro fiel de toda su historia geológica. Estos puntos cuentan con paneles explicativos in situ, señalización de carretera y señalización de itinerarios y senderos de acceso. Desde 1999 se encuentra instalado en el antiguo barrio minero de Santa Bárbara una Exposición Minera que sirve de complemento a la visita al Parque Geológico. Es un conjunto bien seleccionado de fotografías de la época, planos y maquetas se recogen cuatro décadas que fueron decisivas en la historia de Aliaga. A todo ello acompaña una pequeña muestra de materiales geológicos en los que quedaron impresos muchos millones de años de historia anterior. Paralelamente ha ido desarrollándose un plan de edición de diverso material científico, didáctico y divulgativo: un folleto (del cual se han hecho dos ediciones en castellano y una inglés), carteles y dípticos publicitarios, una guía general, una guía divulgativa, un cómic para niños, una carpeta didáctica con CD multimedia para Enseñanzas Medias y un cuaderno didáctico para Enseñanza Primaria.

El uso didáctico y turístico del Parque por visitantes nacionales y extranjeros ha sido creciente en los últimos años. Grupos de estudiantes de enseñanza primaria, secundaria y universitaria acuden acompañados por sus profesores. Turistas interesados por la geología, o por la naturaleza en general, realizan visitas guiadas y encuentran en él un espacio de ocio y cultura real (alejado del concepto de realidad virtual que muchos "parques temáticos" y "centros de interpretación" tratan ahora de imponer). Una pieza importante del patrimonio geológico de Aragón ha sido puesta en valor y difundida a través de este proyecto, a la vez que encuentra en él un nuevo respaldo para su protección. En el medio rural en el que se inserta, el Parque Geológico ha contribuido de forma significativa a generar expectativas culturales y económicas que, aunque con resultados modestos por el momento, han permitido que la población autóctona valore su entorno natural y aumente, por qué no, su autoestima.

La apertura del Centro de Documentación y aula de trabajo ha representado un apoyo importante a las actividades didácticas, y la rehabilitación de un antiguo edificio de Santa Bárbara para su uso como albergue debe darles un impulso definitivo. 

Más información:
http://www.parquegeologicoaliaga.com/index_spa.ht

lunes, 24 de junio de 2019

Aliaga, el pueblo que quiere vivir con energía solar



En este municipio de las Cuencas Mineras, los paneles fototérmicos igual dan luz a las farolas que llevan el agua a uno de sus barrios o la extraen de un pozo.


Aliaga, con apenas 400 vecinos, se ha propuesto depender cada vez menos de la electricidad convencional y más de la energía solar. El objetivo es cuidar su valioso entorno natural, con espectaculares formaciones rocosas –algunas de ellas únicas en el mundo– representativas de todas las edades geológicas de la Tierra y con el valle del río Guadalope al sur de la localidad.


Entre el cielo y el suelo hay algo: un futuro para Aliaga

El Ayuntamiento alumbra desde hace cinco años los 800 metros de camino que van desde el pueblo hasta el hotel rural Molino Alto –un edificio rehabilitado con fondos del Plan de la Minería y del Gobierno aragonés– con farolas que se alimentan exclusivamente con placas solares. Cada uno de los paneles va unido a una batería que está enterrada en el suelo dentro de una arqueta de cemento.

El alcalde de Aliaga, Sergio Uche, explica que estas luminarias son más caras que "las normales" –cada farola cuesta 2.000 euros–, pero subraya que, "a la larga, se ahorra dinero, porque el consumo es cero al ser totalmente autosuficientes mediante sus respectivos paneles solares". Como no es necesario que estas lámparas estén conectadas a la red eléctrica convencional, no hay que llevar hasta ellas el tendido ni pagar una cantidad fija por un hipotético consumo mínimo.

El futuro observatorio astronómico de la localidad, que abrirá sus puertas este verano, si bien ya se han realizado en las instalaciones algunas actividades de manera experimental, también se iluminará mediante placas solares. "Solamente llevar hasta allí el poste de la luz nos costaba 2.200 euros –relata Uche–, mientras que, instalando placas solares, hemos resuelto todo con 2.600 euros de inversión".

No queda ahí el anhelo de la población de Aliaga por conseguir electricidad a partir de energías renovables. El Ayuntamiento puso en marcha recientemente un sistema de elevación de aguas para abastecer desde la red municipal a los vecinos de la pedanía de Campos –a cinco kilómetros de distancia y con un desnivel de 300 metros– utilizando para impulsar el agua la energía que producen 55 placas solares cuya implantación requirió de una inversión global de 30.000 euros.

Resultado satisfactorio

El resultado ha sido tan "satisfactorio" para el Ayuntamiento, que el paso siguiente va a ser sustituir el sistema tradicional de traída de aguas al pueblo desde el pozo de abastecimiento municipal, que funciona con gasoil, por otro a base de energía solar. Sergio Uche recuerda que, durante un verano, el depósito de combustible se rompió, contaminando las aguas, lo que causó entre los vecinos "un verdadero disgusto". "Tenemos un entorno especial que hay que cuidar; creemos que es nuestra obligación optimizar los recursos y defender la naturaleza", afirma el alcalde de Aliaga.

Para poder avanzar en la idea de abastecer al pueblo con energía limpia, el Consistorio, propietario de la antigua térmica que funcionó en la localidad quemando carbón hasta 1982, quiere instalar en el tejado de este enorme edificio industrial placas solares. De esta forma, la central, que durante décadas dio vida al municipio y que ahora es solo un monumento al pasado minero y energético de Aliaga, volvería, de alguna manera, a generar electricidad, si bien con un sistema acorde con los nuevos tiempos.

Uche admite, no obstante, que prescindir por completo de la electricidad convencional para el abastecimiento de la localidad es, al menos en estos momentos, bastante difícil. Sin embargo, la hoja de ruta del Ayuntamiento de Aliaga incluye sustituir progresivamente, y en todos aquellos puntos en que sea factible, la energía tradicional por la que generan los paneles solares. Y todo, para preservar la naturaleza que rodea a esta localidad antaño minera.
Ma. Ángeles Moreno: Heraldo de Aragón

domingo, 3 de marzo de 2019

Entre el cielo y el suelo hay algo: un futuro para Aliaga


El Parque Geológico, la antigua Térmica que quiere ser museo, la observación astronómica, el antiguo barrio minero... el municipio trabaja en presente por afianzar su porvenir turístico.

La antigua térmica de Aliaga busca nuevos usos en la actualidad. Laura Uranga

Arriba, las estrellas; abajo, formaciones geológicas sin igual en todo el planeta. Como oferta turística no está nada mal; en Aliaga lo tienen claro, porque ya han convertido el pasado minero en referente turístico y están a punto de hacer lo propio con el industrial, cuando pueda darse forma al proyecto de reconversión conceptual del espacio que ocupó hasta 1982 la Térmica de Aliaga. En este municipio están acostumbrados a abrir sendero en muchas cosas, y a pesar de la escasa vegetación no se cortan con el machete si, metafóricamente hablando, hay que dar un par de mandobles al follaje de las dificultades sobrevenidas.
Aliaga está involucrada en la Red Ibérica de Espacios Geológicos y Mineros, y recorre ferias con la marca Aliaga Turístico, que engloba todos sus poderes.

El alcalde, Sergio Uche, enumera ese bagaje. "El año pasado celebramos el 25 aniversario del Parque Geológico, pionero en España. No en vano tenemos formaciones únicas en el planeta; una de ellas, de menor tamaño, también se ha identificado en Marte. El Parque alberga viajes formativos de entre 15 y 18 universidades extranjeras cada año, con mención especial para la de Utrecht en Holanda, que manda a medio centenar de personas cada año durante un mes completo; un profesor de allá dijo en una ocasión que en el mundo siempre se hablaba de Madrid o Barcelona como referencias españolas, excepto en el ámbito geológico, donde la primera referencia era Aliaga. También nos llegan de Canadá, Australia… hemos tenido incluso gente de Harvard. Ahora, además, combinamos ese imán de atención con el astroturismo, la observación estelar, gracias al aval de Starlight".
Este terreno es toda una constelación de posibilidades. "Vienen las parejas, las familias y los grupos de amigos a ver las estrellas con otros ojos. Además, se hacen actividades muy curiosas, como oler los aromas de Marte; dado que se conoce la composición del suelo marciano, se reproduce y envasa. También se hacen comidas temáticas; puedes comerte un planeta de postre. No faltan los experimentos para distraer a los niños".
Julia Escorihuela es la gerente de Parque y su guía. Natural de Aliaga, lleva un cuarto de siglo en formación continua y 17 años en la tarea descrita. Se afana en diversificar su discurso; más técnico para entendidos, divulgativo y divertido para turistas interesados en el tema y no especializados. Con los niños de 5 a 10 años tiene seminarios especiales en julio y agosto, y se trabaja en visitas de institutos apoyadas por la DGA. "Hago hincapié en la geoética -explica- y en cómo debemos comportarnos con la tierra, para disfrutarla al máximo y cuidarla. La gente se va con la conciencia renovada, nuevos conocimientos y ganas de volver, de explorar".

Baches en el camino

Para preservar esos tesoros, el municipio ha librado varias batallas. La última mina, Hoya Marina, cerró en 1964 en el barrio de Santa Bárbara. En los últimos años ha habido multitud de proyectos que comprometían al parque, especialmente de minería de arcilla a cielo abierto. Sergio lo detalla. "Se hubieran cargado el anticlinal de la Hoya, el acuífero del Guadalope... en su día había voces discordantes porque éste era un pueblo minero, pero la gente acabo entendiendo la importancia de esta pelea cuando llegaron las consecuencias de pasadas experiencias; en el barrio de Campos, una mina a cielo abierto contaminó el agua con exceso de hierro en 1984, y hasta hace dos años no hubo fondos para hacer la elevación de aguas necesaria y conseguir allá agua potable; tenían un Land Rover comunal y bajaban con bidones a Aliaga, a coger la fuente. Hubo amenazas de empresarios mineros, pero ya le dije a uno que si quería ver a un alcalde encadenado a uno de sus camiones, lo iba a ver. El damnificado por las pifias es el que vive aquí, y hemos aprendido a defenderlo. Ahora el ámbito del Parque abarca todo el término municipal; está protegido administrativamente. No podemos machacar nuestra tierra y dejar un desastre a las siguientes generaciones; hay 20 niños en el colegio, son el futuro y ojalá algunos puedan quedarse trabajando en temas turísticos, donde estamos yendo a más".

En Aliaga hay una filial de la planta cogeneradora Neoelectra, con 15 trabajadores. El alcalde sale al paso de la posible pregunta sobre incongruencias. "Están respetando el medio ambiente: tienen el sello verde y aunque queman gas para hacer energía, no expulsan el CO2, que se vierte a una planta anexa donde se saca carbónico de uso alimentario". Aquí se fabrica para España la burbuja del refresco de cola más famoso, el de la chispa de la vida.

Lo alucinante del Parque es que se pueden ver en un solo corte todos los estratos imaginables de cada era prehistórica desde el Triásico. Una de las cuatro líneas KT o ‘flysch’ (límite Cretácico/Paleógeno) que hay en España está en Aliaga; también pueden verse en Zumaia (Guipúzcoa), Caravaca de la Cruz (Murcia) y Agost (Alicante).
La Térmica es una muestra de arqueología industrial muy interesante, ejemplo de arquitectura costumbrista de los 50. El Ayuntamiento la compró con sus 65.000 metros cuadrados de terreno, incluyendo el embalse, con la ilusión de emplearlo en fines museísticos; la idea es acondicionar la zona y que el espacio se dedique a la geología. "En 1982 se nos cerró el mundo al vaciarse la Térmica; trabajaban ahí 186 personas, y por entonces no había planeas de reconversión, el pueblo estaba vacío de repente; fue una depresión colectiva, pero nos levantamos. Aquí nos movemos mucho, hemos sufrido y siempre salimos adelante. Dice un amigo mío que sacamos dinero de las piedras y el aire, porque también tenemos parques eólicos, pero ahora también nos vamos a la estrellas". El cielo ya no es el límite.

Texto: Heraldo de Aragón


domingo, 1 de julio de 2018

RIADA ESPECTACULAR EN ALIAGA (TERUEL)


Ni los más mayores del pueblo recuerdan una riada de estas dimensiones

Las intensas lluvias que han descargado a primeras horas de la tarde de este martes en la cuenca alta del Guadalope han provocado el desbordamiento de este río a su paso por la localidad turolense de Aliaga y la inundación de seis casas y la principal calle en el barrio Bajo, el más afectado por la avenida. Si bien no se han registrado daños personales. El agua ha depositado troncos y barro en varios tramos de la carretera A-2413, que comunica este municipio con Ejulve, por lo que la circulación ha quedado interrumpida en el punto kilométrico 14 durante varias horas.

El desbordamiento se ha ensañado con la pista que enlaza Aliaga con Miravete, en dos de cuyos tramos han quedado destruidas las escolleras de piedra y con los huertos, anegados por completo por el agua. 

Además, hacia las 20.00 y debido a las lluvias, se ha producido un desprendimiento de ladera en la A-2403, en el término de Aliaga. A consecuencia, un tramo de unos cien metros ha quedado cubierto de rocas a partir del kilómetro 8, por lo que se ha procedido al cierre de la vía y el tráfico ha sido desviado por carreteras limítrofes. Según ha informado la Dirección General de Tráfico, tras la actuación de los servicios de limpieza, uno de los carriles ha quedado abierto.

El alcalde de Aliaga, Sergio Uche, ha señalado que la crecida del río se ha producido sobre las tres de la tarde, coincidiendo con una fuerte tormenta que caía en ese momento sobre la localidad.

Fuente: Heraldo de Aragón

martes, 12 de junio de 2018

ALIAGA: Vacas wagyu japonesas criadas en los montes de Teruel




Un grupo inversor instala en Aliaga la que pretende ser la granja de carne de wagyu -el mal llamado kobe en ocasiones- con mayor pureza genética de España.
La localidad turolense de Aliaga, en la Cuencas Mineras, acoge desde hace unos meses a unos nuevos vecinos de origen exótico que ya están pastando por sus campos. Son vacas wagyu, de origen japonés, uno de los ganados más prestigiosos del mundo cuya carne puede alcanzar fácilmente en el mercado los 300 euros por kilo.
La iniciativa, que ya cuenta con unos 100 animales y sigue en proceso de ampliación, ha sido promovida por la empresa valenciana Fincas del Turia dedicada de forma principal a la construcción. La finca en la que están los primeros animales cuenta con unas 300 hectáreas pertenecientes a una explotación que llevaba abierta desde 1971 y que fue actualizada en 2015 para cumplir con los estrictos regímenes de cría que exigen los estándares internacionales de este tipo de carne, que se comercializará desde Teruel bajo la marca 'Mudéjar Wagyu'.
¿Pero cómo han llegado vacas japonesas hasta los prados de Teruel? “En un principio nos planteamos la posibilidad de introducirla mediante animales vivos, pero la dificultad para encontrar la mejor genética nos llevó a introducirla mediante la adquisición de embriones”, explican desde el grupo. Una vez introducidos estos embriones en su primera etapa de desarrollo en vacas receptoras locales en el terreno, el proceso se ha completado manejando con cuidado el linaje genético del ganado para que pueda ser reconocido bajo la variedad Tajima Wagyu 100% 'Full Blood', un sello que describe a las cabezas que no registran ninguna prueba de cruce con otras razas y cuyo pedigrí puede remontarse hasta Japón.
El objetivo de esta explotación es tener en 24 meses una cabaña ya en condiciones de salir al mercado. Estos animales, que se crían hasta los 36 meses, pueden alcanzar unos 800 kilos de peso. Para ello, se cría a los animales en un régimen de semi-libertad alimentándolos con pienso de especial calidad. La iniciativa, con una potente inversión, cuenta además con el asesoramiento de expertos japoneses y del conocido cocinero Martín Berasategui.
No es kobe todo el wagyu
El auge de la carne de estos animales ha crecido en los últimos años por su calidad, la cual radica en el marmoleo y el veteado de grasa de la carne. Sin embargo, tal y como explicaban en un artículo varios cocineros aragoneses,  el mercado ha sobredimensionado su demanda hasta el punto de ser muchas veces engañoso. Como carne de kobe solo se conoce estrictamente según los estándares japoneses a la producción de wagyu de la variedad tajima en la prefectura de Hyogo, donde estos animales son cuidados hasta el exceso casi de forma ritual. Esto hace que su precio alcance valores astronómicos y que sea muy poca la producción que sale del país nipón. Por eso, en casi la totalidad de los casos, cuando en un restaurante se dice que se está ofreciendo carne de kobe en realidad lo que se está ofreciendo es wagyu criado en Australia, Estados Unidos, o como cada vez empieza a ser más común, también en España.
Desde Mudéjar Wagyu hacen hincapié en desligarse del nombre 'kobe' aunque sus vacas sí que son de la misma raza que las que dan lugar a esta carne. De un modo u otro, el precio del wagyu de primera calidad, como el que se pretende producir en Aliaga, puede ascender a entre los 200 y 300 euros el kilo en el mercado.
Aliaga, un laboratorio de razas de ganado de primer nivel
La iniciativa de Mudéjar Wagyu coincide en lugar y tiempo con otra liderada por el grupo turolense Térvalis, que también en los montes de Aliaga, a 1.500 metros de altitud, ha puesto en marcha en la zona una explotación experimental con vacas cachenas, originarias de Galicia. Dotadas con una larga y puntiaguda cornamenta, en Teruel están gracias a esta iniciativa 180 ejemplares de los apenas 3.000 que quedan en toda España. El objetivo de esta última explotación es la puesta en el mercado de un producto gourmet de cara al consumidor árabe.

martes, 14 de noviembre de 2017

Senda fluvial de Aliaga (Teruel), un recorrido por la geología y el patrimonio industrial



Se acaba de finalizar la señalización y equipamiento de la Senda Fluvial de Aliaga, en la comarca turolense de Cuencas Mineras, por lo que es un buen momento para recorrerla de inicio a fin y descubrir ese nuevo tramo que discurre en parte por pasarelas.

Esta atractiva ruta senderista discurre por las riberas de los ríos La Val y Guadalope, contando con tramos de pasarelas colgadas que nos permiten adentrarnos en los estrechos de Aldehuela y de la Hoz Mala. Señalizada como PR-TE 10, es un itinerario que cuenta con dos sectores muy diferenciados. El primero de ellos es un recorrido amable de 6,5 km y sin apenas desnivel que puede hacerse en 1 h 45 min (sin paradas). Se inicia en el barrio minero de Santa Bárbara, pasando por Aliaga y el santuario de la Virgen de la Zarza para terminar en el embalse de La Aldehuela, frente a la antigua y monumental central térmica.

En el núcleo de Santa Bárbara puede visitarse, previa reserva, el Centro de Interpretación de la Minería (telfs.: 978 771 181 y 620 598 865), donde podremos ver una colección de rocas, minerales y fósiles, conocer la historia de las minas y de la central térmica y visionar un documental de la época.

La ruta se acomoda en las galerías de chopos cabeceros que acompañan primero al río La Val y luego al Guadalope durante buena parte del trayecto. La llegada a Aliaga permite conocer el santuario de la Virgen de la Zarza y el castillo medieval sanjuanista, gran fortaleza ubicada sobre el casco urbano y un estupendo mirador.

El sendero señalizado abandona la población y, al llegar a los estrechos de La Aldehuela, el Parque Geológico de Aliaga se manifiesta de forma contundente y la ruta se ciñe a las paredes de las hoces. Atraviesa así los llamativos pliegues y hoces que configuran el Parque Geológico de Aliaga, en territorio del Geoparque del Maestrazgo, reconocido por la Unesco, y dentro también del Parque Cultural de Maestrazgo. Finalmente y tras superar un collado, se abre al caminante el paisaje postindustrial del embalse y la vieja central térmica de La Aldehuela. La senda bordea el embalse y, tras cruzar el puente del Guadalope, concluye al pie de la central carbonífera. Desde la central se puede subir al mirador de la Hoz Mala.

El segundo sector de la Senda Fluvial, más dinámico y aventurero, de 2,5 km (1 h de recorrido) comienza bajo el embalse de la central, a la altura del puente de la presa y se dirige al interior de la Hoz Mala por un viejo sendero que recorre la margen izquierda del río hasta las ruinas de una antigua minicentral.

Vistas impresionantes

En este lugar cruza el cauce y toma una senda rampante, que discurre cercana al escarpe rocoso, salva el congosto y llega a las inmediaciones de la entalladura del barranco Villarrosario. Las vistas sobre el cañón de la Hoz Mala son impresionantes. A continuación, baja pegado al cantil por un tramo de escaleras voladas hasta el fondo del valle donde emprende un descenso tortuoso por el interior del desfiladero del Guadalope hasta su salida en la Tosca.

La senda, muy entretenida, desciende de forma serpenteante por la orilla entre un caos de bloques, pasos entre rocas, badinas y saltos de agua y algunos bosquetes de acebos, arces, etc. Salva varios de estos obstáculos mediante tramos de pasarelas colgadas y abandona la Hoz Mala de forma espectacular en la masía y molino de La Tosca.

El recorrido no presenta grandes dificultades aunque, como todas las rutas con tramos aéreos y expuestos, es poco recomendable para quien tema a las alturas y, sobre todo, hay que guardar las debidas precauciones cuando se pasa por zonas rocosas y cercanas al agua, especialmente si se va con niños. Para realizarlo nos vestiremos con un buen calzado de senderismo o montaña, ropa adecuada a la previsión del tiempo y los compañeros habituales en toda excursión (agua, teléfono móvil, protección solar...).


Mapa de la senda fluvial de Aliaga.



Tipo de recorrido: travesía.

Distancia: 9 km.

Horario: 2 h 45 min.

Dificultad: media, pasos aéreos equipados.

Desnivel: 80 m+ y 200 m-.

Época recomendada: todas.

Acceso: desde Zaragoza (143 km) por la N-232 en dirección Fuentes de Ebro con desvío por la A-222 hacia Belchite, Lécera y Mezquita de Jarque, para tomar allí la A-1403 hasta Aliaga. De Teruel (70,5 km) por la N-420 a Alfambra y Mezquita de Jarque y desde allí por la A-1403 hasta Aliaga.


martes, 7 de noviembre de 2017

POEMA AL CASTILLO DE ALIAGA (TERUEL)






Por Chusé María Cebrián Muñoz
Del abismo de una tierra atormentada.
Del bullir genital del Guadalope.
Del latir de los cascos al galope
y el rumor del ganado en la cañada.

Del fulgor torrencial de nuestra raza.
Del rigor de los cielos invernales.
Del batir en la roca los caudales
y un sentir que trasmina, que te abraza.

Surgieron, elevados como lanzas,
soberbios muros y torres almenadas
que corona la cruz que arriba alcanza.

Fantástico castillo, cuento de hadas,
diadema de sueños en la cima
y abajo el tremolar de las espadas.

sábado, 21 de octubre de 2017

EL ESTRECHO DE VALLORÉ DE ALIAGA (TERUEL)



El pozo Valloré es un espectacular tajo de apenas tres metros de ancho y una longitud de casi 200 metros, abierto entre paredones que superan los 100 metros de alto


Antes de llegar a Montoro de Mezquita, el Guadalope se abre paso entre los verticales estratos calizos por el lugar más estrecho y angosto de todo su recorrido.

El Guadalope se encaja en Aliaga después de unir sus aguas con las del Val de Jarque. Atraviesa una bellísima zona de estrechos entre esta población y Montoro. Aquí el valle se abre para ofrecer una estrecha pero fértil huerta, volviendo a encajarse en numerosas hoces y gargantas hasta el Embalse de Santolea.



martes, 13 de junio de 2017

"La falta de cultura rural lleva a leyes de despacho que perjudican el medio ambiente"


Un estudio realizado en el Parque Geológico de Aliaga (Teruel) muestra un “preocupante” desconocimiento de la población en temas de riesgos ambiental.
El trabajo se ha realizado entre visitantes al parque y ahora ha sido publicado en la revista científica Episode
“El mejor ingeniero, el mejor notario o el mejor carpintero tiene que comer de la naturaleza. Sí o sí”, y con ello Julia Escorihuela quiere decir que vivir cada vez más alejados del medioambiente que nos rodea perjudica a todos. Por eso, esta amante de la tierra y de la vida rural emprendió un estudio entre los visitantes al Parque Geológico de Aliaga (Teruel), del que es gerente, que ahora quiere servir como “una alerta para que la sociedad se dé cuenta de que la naturaleza somos todos”.
Las conclusiones, que ahora se han publicado en el último número de la revista científica Episodes, muestran un “preocupante” desconocimiento de cuestiones básicas de seguridad ambiental. Escorihuela, que lleva guiando a los visitantes del parque desde 2002, ha realizado entre ellos encuestas durante cinco años, hasta superar las 200, y reconoce que al principio estaba “desconcertada ante tanta carencia de información”.
Tras el trabajo de procesamiento de estas encuestas, la mayor parte de quienes participaron en este estudio demostraron que no sabían cuestiones básicas de seguridad ambiental, como por ejemplo que no hay que construir casas en los cauces de los ríos o que un vertido de una empresa contaminante río arriba afecta a un huerto aguas abajo: “Algunos creen que como el agua corre no pasa nada”.
Y a este desconocimiento se suma también que hay casos en los que se aprecia que, niños y mayores, no perciben los problemas para la naturaleza. Así, otro de los epígrafes de la encuesta preguntaba si preferían tener una granja con mil cabezas estabuladas que generaba 3.000 euros al año pero contaminaba las aguas o el mismo número de animales pero al aire libre, rentando solo 1.000 euros pero sin contaminar. Sí, hay gente que contestó que prefiere la que contamina porque da más dinero, a pesar de todo.
Escorihuela cree que esto es una muestra del alejamiento de la mayor parte de las personas del mundo rural, bien porque son hijos o nietos de los que emigraron o porque nunca han tenido vinculación con esta cultura de los pueblos, pegada a la tierra.
Se nota cuando son personas que han tenido un abuelo en el pueblo, o primos con los que pasaban el verano en localidades rurales”, explica Escorihuela, pero así y todo, lo que se muestra es una realidad que “ya se está viendo en la política”.
Alerta de que los puestos de decisión a nivel mundial en materia de medioambiente están ocupados por gente “urbanita” que ha tenido más fácil el acceso a estudios superiores, porque para alguien que vive en el mundo rural es más caro, y eso ha provocado ya “leyes de despacho que no solo no protegen el medio ambiente sino que lo perjudican”.
Educación medioambiental en las aulas
Esta falta de “cultura rural” y de respeto por la naturaleza también está provocada por la disminución de los contenidos medioambientales en colegios e institutos. “Hay niños y jóvenes que  vienen a las visitas y cuando les cuentas esos riesgos te dicen '¿y eso por qué no me lo han contado en el colegio?' Y eso también me lo pregunto yo”.
Para Escorihuela, “el ballet o el inglés están muy bien como actividad extraescolar, pero ¿por qué no actividades en el campo?”. Pone el foco en los más pequeños, claro, porque la solución pasa por una educación medioambiental en la infancia, aunque por ejemplo ahora dará charlas con estas tesis en la Universidad de Santander. “A los niños hay que ponerlos en la tierra”, hablando de la naturaleza pero también de actividades como la minería o el fracking.
Insiste sobre todo en que “la cultura campesina y la cultura académica tienen que ir de la mano”, después de que en ocasiones el mundo rural se haya visto menospreciado por el urbano.
Reivindica que las ciudades vuelvan la vista a este modo de vida, pensando en las oportunidades que ofrecen, precisamente ahora que “tanto se habla de despoblación”. Y una de ellas es el geoturismo, “la educación geocientífica se puede combinar con el turismo”, y encontrar ahí un futuro, pegado a la tierra.
Fuente: El diario.es