La Corona de Aragón fue una importante potencia marítima y comercial en el Mediterráneo durante la Edad Media, destacando por su expansión territorial, su control del comercio y su influencia política en la región. A través de conquistas y alianzas, la Corona de Aragón se convirtió en una fuerza hegemónica en el Mediterráneo occidental, llegando a controlar territorios como las Islas Baleares, Cerdeña, Sicilia, Valencia y Nápoles.