sábado, 20 de octubre de 2012

MI PRIMERA ESCUELA: ARRABAL DE TERUEL



Escuelas del Arrabal 

Cada vez que accedo a Teruel, siempre por la misma entrada, traspaso los Arcos y miro hacia la izquierda. Allí se encuentra, a punto de cumplir los cien años, un edificio modernista singular que me trae recuerdos indelebles: la Escuela del Arrabal (ahora, Archivo Histórico Provincial). El artífice  de este edificio fue Pablo Monguió Segura (Tarragona, 1865 – Barcelona, 1956). Trabajó como arquitecto municipal y provincial de Teruel. Utiliza un lenguaje modernista para la arquitectura civil y un neogoticismo decimonónico para satisfacer la demanda religiosa. Lo mejor del modernismo turolense es obra de este insigne arquitecto.

Allí tuvo lugar mi primera experiencia docente, fuera de las prácticas que hacíamos en las Anejas de la Normal de Magisterio. Fue una experiencia inolvidable. Durante cierto tiempo sustituí a un amigo en un curso de alfabetización nocturno para gitanos que se llevaba a cabo en este barrio humilde, extramuros de esta pequeña capital.

Solo asistían mujeres de diversas edades. Charlaban sin cesar, alguna venía con su churumbel en brazos, y no tenían más pretensión que aprender a firmar (dibujar la firma) para dejar de ser analfabetas. Creo que apenas pude enseñarles nada, pero lo pasábamos bastante bien. Yo  aprendí a tocar palmas y, echándole un poco de imaginación, a leer las manos. Otro logro, por mi  parte, fue que desde entonces miro a estas personas de otra manera... Con mejores ojos.




Los Arcos

6 comentarios:

  1. Que buena experiencia y buena acción aunque no fuese más lejos su educación lograron lo que les resultaba practico para ellos.
    Un edificio muy interesante.
    Saludos y feliz sábado

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    1. Más que buena acción, yo diría buena experiencia. Sobre todo para mí...

      Un abrazo, Mari-Pi

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  2. Que buenos recuerdos.Tienes razón: que nada es lo que parece la realidad es bien diferente.En Barcelona hay muchísimos y sobre todo por la zona de la calle Hospital.En mí época de bachiller pasaba todos los dias por delante del bar" Los pajaritos" en la Rambla de San Antoni que era un hervidero de gitanos y bien salados que eran.

    -Gracias a estas alumnas tan intrépidas aprendiste el arte de tocar palmas.

    Feliz fin de semana,

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    1. Supongo que te refieres al barrio del Raval, antes barrio Chino. Ahora a este barrio se le llama Ravalquistán...

      Lo de tocar palmas, creo que se lleva en la sangre. Yo prefiero la percusión de los tambores del Bajo Aragón.

      Besos, Bertha

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  3. Vaya no sabía que eras quiromante. Por fuera el edificio es muy bello lo que no garantiza como estará por dentro conociendo experiencias parecidas.

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  4. Solo aprendí a inventar historias... El edificio, por dentro, resultaba un tanto lóbrego. Ahora supongo que ha cambiado.

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