miércoles, 30 de agosto de 2017
sábado, 26 de agosto de 2017
Carta abierta a Manel Mas, sobre Sijena y Omella
Sobre el litigio de los bienes de Sijena que enfrenta a Aragón con Cataluña me parece muy interesante esta carta abierta.
Señor Mas: he leído la dura carta que publicó
Ud. el pasado día 22 en el diario digital “catalunyalliure.cat” dirigida al
arzobispo de Barcelona, Juan José Omella. Dado que es una carta abierta, y que
en ella menciona el tema del patrimonio de Sijena, me tomo la libertad de
hacerle unos comentarios. Diré, antes de empezar, que soy atea. Advierto
asimismo que traduciré algunos fragmentos de su carta al castellano: espero que
no se ofenda, lo hago solo para facilitar su lectura a los castellanoparlantes
y no para fastidiar o con ánimo de despreciar a nadie. Me temo que hemos
llegado a un punto en que uno debe disculparse por utilizar una u otra lengua.
Ya es jodido.
Dice usted, refiriéndose al
arzobispo:
“Querría dejar claro que no es
santo de mi devoción, usted como aragonés no ha hecho nada por interceder en el
contencioso entre los gobiernos de Aragón y Cataluña por las obras de arte del
monasterio de Sijena, obras que, si se conservan, es gracias a la Generalitat
que se hizo cargo de ellas, que pagó 40 millones de pesetas a las monjas, que
las restauró con el coste añadido [sic]
y que ahora se conservan gracias a aquella decisión.
Sepa también que Cataluña se
hizo cargo de las pocas monjas que quedaban en el monasterio –y de avanzada
edad– hasta su muerte. Ahora el gobierno de Aragón reclama todo el arte
proveniente de aquel monasterio por la cara, gratuitamente y apelando a la
justicia. ¿Cree usted que la Generalitat, que ha cuidado de él todos estos
años, que dio dinero a cambio, que las ha restaurado y conservado merece una
sentencia condenatoria? ¿Usted qué piensa?”
No sé lo que pensará Omella. Le
digo lo que pienso yo: señor Mas, no sabe usted de Sijena de la misa la mitad.
O si lo sabe, tergiversa lo sucedido. Le voy a hacer un resumen aunque, la
verdad, me parece que debería haberse informado usted solo antes de ponerse a
recriminar a nadie en ese tono, que la información está disponible en la red.
Verá:
1.
En Cataluña se conservan muchas obras de arte de Sijena. Muchas.
Y no se reclaman todas. El Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Villanueva
de Sijena pusieron dos pleitos en los tribunales reclamando parte de ese
patrimonio: unas pinturas que fueron arrancadas en el 36 y en el 60 y llevadas
a Barcelona, en cuyo museo de referencia se conservan, y 97 piezas de arte
mueble que fueron vendidas fraudulentamente a la GenCat y al MNAC entre 1983 y
1994. En ambos casos, los tribunales han dado la razón a la parte aragonesa.
Preguntarle a un cura lo que piensa acerca de esto, por muy arzobispo de
Barcelona que sea e incluso cardenal, puede ser una curiosidad suya pero me
parece que no tiene mucho sentido. No se me ocurre para qué le puede hacer
falta su respuesta.
2.
Las pinturas quemadas se salvaron de una destrucción total en el
36 gracias a que Gudiol las arrancó y se las llevó a restaurar a Barcelona;
pero tras la guerra no volvieron a su lugar de origen. Hubo miles de piezas del
patrimonio artístico de toda España, y desde luego de Cataluña, que se
trasladaron de lugar para preservarlas de su destrucción durante la guerra, y
que luego volvieron a sus dueños. No ocurrió eso con las pinturas de Sijena. Si
quiere, otro día le cuento más cosas sobre esto, porque hubo órdenes de
devolución por parte de la Dirección General de Bellas Artes que no se
cumplieron. Esas obras están en depósito precario (no oficializado por sus
dueñas) en el MNAC y los depósitos no prescriben: hay que levantarlos cuando el
dueño lo dice. El dueño lo dijo, dio poderes al GobArag para reclamarlas, el
MNAC hizo caso omiso de aquello y hubo que reclamarlas por la vía judicial. Ya
solo eso es lamentable.
3.
La gestión de la Generalitat, del MNAC y del obispado de Lérida
en todo este asunto tiene muchas sombras que usted no menciona. Respecto de las
ventas de patrimonio en los 80 y 90, todas ellas están recogidas en la
sentencia, que le enlazo para
que la pueda leer usted mismo: la monja que se vendió las obras no era de
Sijena, era la priora de Valldoreix y no tenía derecho a ello; uno de los
permisos que se dieron para la venta por parte del Vaticano no se dio para
vender patrimonio de Sijena sino de Valldoreix; siendo patrimonio de Sijena,
que dependía del obispado de Lérida, contó con un permiso de venta del obispo
de Barcelona, que no tenía ahí jurisdicción; no se avisó a las administraciones
públicas de la venta, como era preceptivo por ley, y no contaron por tanto con
los permisos civiles correspondientes… En fin, lo dicho: que se lea usted la
sentencia, que está disponible. En resumen, que fueron ventas hechas “a
escondicucas”. Si encuentra usted a eso una explicación razonable, le
agradecería que la compartiera con todos.
4.
Cuando, en el año 97, el GobArag tuvo noticia de esas ventas,
quiso ejercer su derecho de retracto, esto es, quiso recomprar esas obras por
el precio pagado y hacerse cargo de su conservación y restauración. La GenCat
se opuso a ello: reclamó ante el Tribunal Constitucional, que sentenció (le
costó 14 años hacerlo) que Aragón no podía ejercer ese derecho; pero que podía
recurrir a la justicia ordinaria para dilucidar si las ventas habían sido
legales o no. Eso es lo que se hizo. Resulta indignante que ahora venga nadie
diciendo que Aragón quiere recuperar esas obras “por la cara, gratuitamente”, y
argüir que Cataluña ha invertido dineros en conservarlas. Oiga, esto es el
colmo.
5.
Esas obras se habían conservado en Sijena hasta el año 70. En su
casa. Sin que jamás el obispado de Lérida, de quien dependía el monasterio,
aportara ni un céntimo para la conservación del conjunto ni para ayudar a
quienes lo habitaban. Con ocasión de unas obras, las monjas fueron trasladadas
a Valldoreix, en principio con carácter provisional; pero acto seguido las
piezas artísticas fueron recogidas por el obispado para llevarlas a Lérida y en
el 73 el MNAC recogió lo que faltaba y lo dejó en Barcelona (sin comunicárselo
a nadie en ambas ocasiones, lo que también fue irregular: así lo señala la
sentencia). ¿Qué le hace pensar que esas obras se conservan gracias a la
Generalitat?
6.
En 1974 murió la priora y el traslado provisional devino
definitivo. “Cataluña” no se hizo cargo de las tres ancianas monjas que
quedaron: vivieron dependiendo de la Orden de San Juan de Jerusalén. No se
ponga medallas que no le corresponden. Medallas, por otra parte, bastante poco
brillantes: proporcionar sustento y techo a tres ancianas monjitas, vaya
dispendio. Como para ir echándolo en cara. Le recuerdo, por otra parte, que
Sijena dependía de Lérida. Sólo cuando se trata de soltar dinero, aunque sea
para dar de comer a tres monjas, parece que nos acordamos de que Sijena está en
Aragón.
7.
Las obras vendidas fueron, en total, 97. Solo 7 han sido
expuestas. Las demás pasaron los años encerradas en un almacén. Cuando se
devolvieron, fueron calificadas de “quincalla”. Bonita manera de apreciarlas.
Si esa es la opinión que se tiene de ellas, no es ya que no se entienda por qué
no las quieren devolver ahora, es que no se concibe cómo ha habido que recurrir
a los tribunales para recuperarlas.
8.
En el año 60 los técnicos del MNAC arrancaron sin permiso las
pinturas profanas de Sijena, que se presentaron públicamente en el 61 como
procedentes de “un castillo arruinado cercano a Lérida”. Así estuvieron
catalogadas en el museo durante 30 años. Repito la última frase del punto 3.
Podría seguir, pero me canso. Y
esto está siendo demasiado largo. Solo me hace gracia añadir unos últimos
apuntes:
1.
Dice usted que ignora cuáles han sido los méritos para que
Omella haya sido designado cardenal y arzobispo de Barcelona, dado que “la
institución a la que pertenece no dispone de un convenio laboral como las otras
y, por tanto, no es posible saber qué criterios se siguen para ir subiendo en
el escalafón”. EDITO: Tampoco sabemos cuáles son los suyos para ejercer de
periodista-opinador. Ya nos dará razón.
2.
Del resto de la carta, dedicada a criticar al arzobispo por
haber hecho en castellano la homilía en memoria de las víctimas del atentado de
las Ramblas, me abstengo de comentar nada porque, simplemente, me parece una
necedad. Ya perdonará que sea tan directa, pero como mínimo hay que calificar
así las palabras de alguien capaz de escribir este otro artículo,
que aprovecha circunstancias relacionadas con el atentado para pedir el voto a
favor de la independencia de Cataluña. Como si lo hubiera hecho para el no: da
náuseas.
3.
Lo único que está claro y parece totalmente sincero es que
Omella no es santo de su devoción. Y no digamos ya para la de sus comentaristas.
Menudas perlas sueltan: lo único que les importa es que el arzobispo no es
catalán. Ni aunque sea de Cretas,
zona reivindicada por los expansionistas “Països Catalans”. Ni aunque sepa
hablar catalán. Más que para reflexionar, da para desesperarse.
Menos mal que el medio en el que
ha publicado todo esto tiene menos lectores, según la OJD, que Albacete Abierto y Astorga Digital. Un
saludico.
Publicado en Patrimonio
cultural | Etiquetado arzobispo de
Barcelona, Generalitat de
Cataluña, Juan
José Omella, Manel
Mas, MNAC, Museu de Lleida, obispado de Lérida, OJD, patrimonio
del monasterio de Sijena, Sijena, Sixena
sábado, 19 de agosto de 2017
El alcalde secesionista de Batea
DONDE
LAS DAN LAS TOMAN Y APROVECHANDO QUE EL PISUERGA PASA POR VALLADOLID, ESTE
ALCALDE LE PIDE AL PRESIDENTE DE LA GENERALITAT QUE RESUELVA LOS AGRAVIOS DE
BATEA O IGUAL SE VA DE CATALUNYA; COMO TIENE ARAGÓN AL LADO...
Era
el primero de la clase. Tan inteligente como cabezota. Trabajador. Expeditivo.
Toda la pandilla del Barça y él, del Español. Amante del fútbol y jugador de
ajedrez. Orgulloso de ser payés y, ante todo, orgulloso de ser de Batea. Creó
junto a otros amigos una agrupación de electores con las que se presentó para alcalde
en 1991 y ahí sigue ganando con comodidad. Pactó con Pasqual Maragall y durante
dos legislaturas también fue parlamentario. "Soy muy catalán; catalán del
todo, pero antes soy bateano". Y como bateano se siente discriminado y
maltratado por el Govern de la Generalitat que, entre otras cosas, se
comprometió en el 2010 a subvencionar sesenta plazas de residencia para la
tercera edad y hasta ahora sólo ha abierto la mitad. Paladella ha decidido
plantarse: amenaza con irse de Catalunya "o armarla muy gorda si
Puigdemont no se sienta a hablar" y ahí sigue en sus trece.
"Aquí
se ha pasado mucho de frenada...", opina alguien que conoce muy bien al
alcalde; un amigo incondicional que, hasta ahora, le había votado siempre.
Estos últimos días han sido movidos. Unos tachan a Paladella de oportunista. De
aprovecharse del momento político que vive Catalunya: "¿Qué propondría si
el municipio estuviera en el Berguedà, por ejemplo? ¿Dónde íbamos a ir? Hay
otras formas de protestar que diciendo que te marcharás". Otros vecinos lo
han abrazado y se han acercado a su casa para felicitarle: "Es una medida
de presión... No tiene miedo", dicen. En Batea todos se conocen. Y aunque
las calles están desiertas por la sofocante canícula, este pueblo de apenas
2.000 habitantes está muy vivo este verano.
Hay
que situarse en el sur del sur. En un extremo de la Terra Alta, más allá de
Gandesa, junto a Aragón y lindando con Maella, Nonaspe y Fayón. "En Batea
nadie nos ha regalado nada y ayudas hemos tenido muy pocas... Todo lo hemos conseguido
trabajando y luchando", dice Paladella, hijo de un militante clandestino
del PSUC. El pueblo vive de la agricultura. Hay treinta bodegas en
funcionamiento "y somos el municipio de Catalunya que más vino
produce", añade bien orgulloso.
Nadie
le discute eso ni los servicios que ofrece el pueblo. Hace casi seis años el
Ayuntamiento lanzó el carnet 'Viu Batea' (cuesta 30 euros al año para los
vecinos y 50 para los no empadronados) y con él se entra gratis a la piscina
(la hay de verano y de invierno), a la biblioteca, al cine (cada sábado y
domingo), al gimnasio y al pabellón (donde hay pista de pádel y bádminton).
Casi nada. "Siempre hemos defendido lo público, Gandesa también tiene
pista de pádel pero a seis euros la hora para cada jugador; o pagan 40 euros al
mes por el gimnasio", añade.
Con
el partido del alcalde, Unió Per la Terra Alta (UPTA), el PSC acabó diluyéndose
en el municipio. "El socialista es él", dice otro amigo, pero
Paladella no se afilió "porque no me gustaba cómo era el partido".
Algunos militantes del PSC se sumaron a su proyecto y otros abandonaron cuando
Maragall perdió. CiU se despidió de la alcaldía hace 26 años y el PP –tan
presente en estas comarcas– se ha quedado sin representación municipal. El
singular Ayuntamiento de Batea –sin deudas y con casi 1,4 millones ahorrados–
está gobernado por cinco concejales de UPTA, tres de Cent per Cent Batea (con
algunos ex militantes y simpatizantes convergentes) y un edil del PDECat.
"Mi obligación es luchar
para que Batea tenga las mismas oportunidades que Santa Coloma"
Las treinta plazas de la residencia que no llegan han sido la gota que ha
colmado el vaso de Paladella. ¿De verdad se plantea irse de Catalunya por eso?
"¡Es que clama al cielo! ¡Ni que fuera una sola plaza! La consellera o el
director general no puede decirnos que no somos prioritarios, que Santa Coloma
lo es más o asegurarme que no tenemos lista de espera, cuando sé perfectamente
que hay familias esperando una plaza porque han venido llorando a
decírmelo", insiste. Hace siete años el Parlament aprobó la puesta en
marcha de la residencia con 60 plazas y la decisión se ha ratificado en hasta
tres ocasiones. Además, para el Idescat, estas 60 plazas ya constan como
abiertas, aunque sólo funcionan treinta y aún así, en la ratio de plazas
comparada con la población, Batea se sitúa en la cola de Catalunya. La lista de
agravios no acaba ahí: "Ahora tenemos asuntos de envergadura que no
acabamos de resolver; uno importantísimo es que Gandesa reclama unas hectáreas
de nuestro término municipal, alegan razones históricas con las que no estamos
de acuerdo... Lo intentaron en el 2014 y ahora vuelven a insistir". En ese
terreno hay tres molinos, lo que comporta unos ingresos de 40.000 euros al año
aproximadamente. "Y también queremos hablar del tema de los molinos, no
queremos más molinos en el municipio, vivimos de la agricultura; Si hay que
ponerlos, queremos opinar cómo, dónde...", reclama. Por todo ello a
finales de julio pidió dos reuniones: una con la Subdelegación del Gobierno en
Tarragona para que, entre otras cuestiones, le informaran sobre las
posibilidades jurídicas de separarse de Catalunya y otra reunión con
Puigdemont. Con el subdelegado se verá el próximo jueves. Con el president no
tiene cita. "Me dijeron que me reuniera con el delegado del Govern en las
Terres de l'Ebre, pero yo quiero hablar con Puigdemont... El Govern nos está
toreando, si no eres de su cuerda, te castigan", afirma. Paladella asegura
que no va a dar ni un paso atrás "o nos resuelven el problema o plantaremos
cara". Dice que la cuestión llegó a la prensa antes de lo que él habría
querido y el pleno que se celebró unos días después fue tenso. "Vinieron
los de siempre a insultar, pero ya estoy acostumbrado... No es agradable, pero
soy una persona con convicciones y si creo que hay que hacer una cosa, la haré,
por mucho que nos digan y que nos chillen". El alcalde insiste en que la
posibilidad de irse está ahí, "si Puigdemont no nos despacha, diremos
adiós, si nos despacha, no; la contradicción la tiene la Generalitat que dice
que Madrid nos discrimina y quiere hablar con Rajoy... es lo mismo que haremos
nosotros". Lo dice muy serio y añade: "Al final, cualquier decisión
será colectiva". ¿Convocará una consulta, pues? "Aquí llamamos a la
gente para cualquier cosa, con 2.000 personas puedes hacerlo", contesta.
Está a favor del derecho a decidir. Pero para el 1 de octubre él no hace
campaña. "Si tenemos que construir un país nuevo que sea en condiciones,
si tiene que ser como ahora, me da igual... Siempre he luchado por lo público y
para que todos mejoremos". Su talante también le ha reportado decenas de
contenciosos, casi todos ganados. Entre ellos de la Fundació Terra Alta Siglo
XXI o con la empresa que tenía el monopolio de los servicios funerarios:
"Antes un entierro nos costaba unos 6.000 euros y ahora menos de
3.000", dice. Su próximo objetivo: construir el nuevo parvulario junto al
colegio y el instituto. Tenía 28 años cuando llegó a alcalde, llevará 28 años
en las próximas municipales y no sabe si repetirá.
Fuente: VICENÇ LLURBA
martes, 15 de agosto de 2017
Retrato de María Andrea Casamayor
y de La Coma
ESPAÑOLAS OLVIDADAS DE LA CIENCIA
La misteriosa aragonesa que fingió ser hombre para enseñar a sumar al
pueblo
Detrás de "Casandro" se escondía María Andrea Casamayor y de La Coma, un prodigio de la divulgación adelantada a su época.
El 20 de enero de 1738, en la población de Almodóvar del Pinar, se escribía el punto final del 'Tyrocinio arithmético: instruccion de lás quatro reglas llanas que se saca a la luz'. El tratado, compendio de las reglas básicas de las matemáticas, buscaba acercar a la población las cuatro operaciones esenciales de la aritmética: sumar, restar, dividir y multiplicar. Con función eminentemente práctica, incluía una completa tabla de pesos, medidas y monedas de uso en aquella época.
Dicho tratado estaba dedicado a la Escuela Pía del colegio Santo Tomás de Zaragoza y estaba firmado por Casandro Mamés de la Marca y Araioa, un completo desconocido en la vida social, cultural y científica de Zaragoza. El misterioso autor aseguraba – tal y como indicaba en su obra - que había cursado sus estudios en dicha institución educativa. Y es que se trataba en realidad del anagrama de otro nombre: María Andrea Casamayor y de La Coma.
Tres siglos después, sabemos que era una mujer de inquietudes... y poco más. Nació en Zaragoza durante la primera década del siglo XVIII, teniendo como única referencia la fecha en la que sus progenitores contrajeron matrimonio: 13 de abril de 1705. Otro de los pocos datos conocidos de María Andrea Casamayor es que tenía cuatro hermanos –posiblemente ella era la primogénita- y que no dejó descendencia, desconociéndose si contrajo matrimonio-
De lo que sí se ha podido tener constancia, gracias a su obra Tyrocinio arithmético, es del gran conocimiento que tenía de las matemáticas. También de su habilidad para explicarlas de un modo sencillo y con un lenguaje muy coloquial para su tiempo, para que todo aquel que lo leyera entendiera y, sobre todo, aprendiera los conceptos básicos de la aritmética.
El misterio de María Andrea
A pesar de
los pocos datos que se han podido obtener sobre su vida, muchos
son los expertos que han determinado que a María Andrea Casamayor
podría considerársela como una de las personas que mejor difundió las
matemáticas en su época. De haber vivido un siglo más tarde, se encontraría a
la misma altura de otra insigne científica y matemática: Ada Lovelace, considerada
como la primera programadora de la Historia.
Pero el Tyrocinio
arithmético no fue su única obra. Dejó otro libro inacabado y que no llegó
a publicarse: El para sí solo de Casandro Mamés de la Marca y Araioa. Este
título fue dado a conocer por sus hermanos, quienes fueron sus herederos, tras
el fallecimiento de María Andrea Casamayor en octubre de 1780.
El alto
coste que suponía el llevarlo a imprimir provocó que la obra póstuma de esta
matemática singular quedara tan solo en 109 páginas que nunca han visto la luz.
El manuscrito ha desaparecido: las escasas reseñas que se tienen de él son
a través de escritos de otros autores de la época. Eso nos permite saber que en
la obra la autora mostraba distintas aplicaciones de las operaciones
matemáticas en el quehacer diario, muy útiles para comerciantes,
agricultores y ganaderos.
Hoy en día,
tres siglos después de su nacimiento, María Andrea Casamayor y de La Coma sigue
siendo una de las grandes desconocidas dentro del panorama científico y
matemático. A pesar de tener alguna que otra calle en su honor, la inmensa
mayoría de personas desconocen quién fue y a qué se dedicó la única mujer de
la que se conserva un libro de ciencias escrito en el siglo XVIII, que tuvo
que escribir haciéndose pasar por hombre.
Fuente: Dr.Krapp y El Español
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