Sobre el litigio de los bienes de Sijena que enfrenta a Aragón con Cataluña me parece muy interesante esta carta abierta.
Señor Mas: he leído la dura carta que publicó
Ud. el pasado día 22 en el diario digital “catalunyalliure.cat” dirigida al
arzobispo de Barcelona, Juan José Omella. Dado que es una carta abierta, y que
en ella menciona el tema del patrimonio de Sijena, me tomo la libertad de
hacerle unos comentarios. Diré, antes de empezar, que soy atea. Advierto
asimismo que traduciré algunos fragmentos de su carta al castellano: espero que
no se ofenda, lo hago solo para facilitar su lectura a los castellanoparlantes
y no para fastidiar o con ánimo de despreciar a nadie. Me temo que hemos
llegado a un punto en que uno debe disculparse por utilizar una u otra lengua.
Ya es jodido.
Dice usted, refiriéndose al
arzobispo:
“Querría dejar claro que no es
santo de mi devoción, usted como aragonés no ha hecho nada por interceder en el
contencioso entre los gobiernos de Aragón y Cataluña por las obras de arte del
monasterio de Sijena, obras que, si se conservan, es gracias a la Generalitat
que se hizo cargo de ellas, que pagó 40 millones de pesetas a las monjas, que
las restauró con el coste añadido [sic]
y que ahora se conservan gracias a aquella decisión.
Sepa también que Cataluña se
hizo cargo de las pocas monjas que quedaban en el monasterio –y de avanzada
edad– hasta su muerte. Ahora el gobierno de Aragón reclama todo el arte
proveniente de aquel monasterio por la cara, gratuitamente y apelando a la
justicia. ¿Cree usted que la Generalitat, que ha cuidado de él todos estos
años, que dio dinero a cambio, que las ha restaurado y conservado merece una
sentencia condenatoria? ¿Usted qué piensa?”
No sé lo que pensará Omella. Le
digo lo que pienso yo: señor Mas, no sabe usted de Sijena de la misa la mitad.
O si lo sabe, tergiversa lo sucedido. Le voy a hacer un resumen aunque, la
verdad, me parece que debería haberse informado usted solo antes de ponerse a
recriminar a nadie en ese tono, que la información está disponible en la red.
Verá:
1.
En Cataluña se conservan muchas obras de arte de Sijena. Muchas.
Y no se reclaman todas. El Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Villanueva
de Sijena pusieron dos pleitos en los tribunales reclamando parte de ese
patrimonio: unas pinturas que fueron arrancadas en el 36 y en el 60 y llevadas
a Barcelona, en cuyo museo de referencia se conservan, y 97 piezas de arte
mueble que fueron vendidas fraudulentamente a la GenCat y al MNAC entre 1983 y
1994. En ambos casos, los tribunales han dado la razón a la parte aragonesa.
Preguntarle a un cura lo que piensa acerca de esto, por muy arzobispo de
Barcelona que sea e incluso cardenal, puede ser una curiosidad suya pero me
parece que no tiene mucho sentido. No se me ocurre para qué le puede hacer
falta su respuesta.
2.
Las pinturas quemadas se salvaron de una destrucción total en el
36 gracias a que Gudiol las arrancó y se las llevó a restaurar a Barcelona;
pero tras la guerra no volvieron a su lugar de origen. Hubo miles de piezas del
patrimonio artístico de toda España, y desde luego de Cataluña, que se
trasladaron de lugar para preservarlas de su destrucción durante la guerra, y
que luego volvieron a sus dueños. No ocurrió eso con las pinturas de Sijena. Si
quiere, otro día le cuento más cosas sobre esto, porque hubo órdenes de
devolución por parte de la Dirección General de Bellas Artes que no se
cumplieron. Esas obras están en depósito precario (no oficializado por sus
dueñas) en el MNAC y los depósitos no prescriben: hay que levantarlos cuando el
dueño lo dice. El dueño lo dijo, dio poderes al GobArag para reclamarlas, el
MNAC hizo caso omiso de aquello y hubo que reclamarlas por la vía judicial. Ya
solo eso es lamentable.
3.
La gestión de la Generalitat, del MNAC y del obispado de Lérida
en todo este asunto tiene muchas sombras que usted no menciona. Respecto de las
ventas de patrimonio en los 80 y 90, todas ellas están recogidas en la
sentencia, que le enlazo para
que la pueda leer usted mismo: la monja que se vendió las obras no era de
Sijena, era la priora de Valldoreix y no tenía derecho a ello; uno de los
permisos que se dieron para la venta por parte del Vaticano no se dio para
vender patrimonio de Sijena sino de Valldoreix; siendo patrimonio de Sijena,
que dependía del obispado de Lérida, contó con un permiso de venta del obispo
de Barcelona, que no tenía ahí jurisdicción; no se avisó a las administraciones
públicas de la venta, como era preceptivo por ley, y no contaron por tanto con
los permisos civiles correspondientes… En fin, lo dicho: que se lea usted la
sentencia, que está disponible. En resumen, que fueron ventas hechas “a
escondicucas”. Si encuentra usted a eso una explicación razonable, le
agradecería que la compartiera con todos.
4.
Cuando, en el año 97, el GobArag tuvo noticia de esas ventas,
quiso ejercer su derecho de retracto, esto es, quiso recomprar esas obras por
el precio pagado y hacerse cargo de su conservación y restauración. La GenCat
se opuso a ello: reclamó ante el Tribunal Constitucional, que sentenció (le
costó 14 años hacerlo) que Aragón no podía ejercer ese derecho; pero que podía
recurrir a la justicia ordinaria para dilucidar si las ventas habían sido
legales o no. Eso es lo que se hizo. Resulta indignante que ahora venga nadie
diciendo que Aragón quiere recuperar esas obras “por la cara, gratuitamente”, y
argüir que Cataluña ha invertido dineros en conservarlas. Oiga, esto es el
colmo.
5.
Esas obras se habían conservado en Sijena hasta el año 70. En su
casa. Sin que jamás el obispado de Lérida, de quien dependía el monasterio,
aportara ni un céntimo para la conservación del conjunto ni para ayudar a
quienes lo habitaban. Con ocasión de unas obras, las monjas fueron trasladadas
a Valldoreix, en principio con carácter provisional; pero acto seguido las
piezas artísticas fueron recogidas por el obispado para llevarlas a Lérida y en
el 73 el MNAC recogió lo que faltaba y lo dejó en Barcelona (sin comunicárselo
a nadie en ambas ocasiones, lo que también fue irregular: así lo señala la
sentencia). ¿Qué le hace pensar que esas obras se conservan gracias a la
Generalitat?
6.
En 1974 murió la priora y el traslado provisional devino
definitivo. “Cataluña” no se hizo cargo de las tres ancianas monjas que
quedaron: vivieron dependiendo de la Orden de San Juan de Jerusalén. No se
ponga medallas que no le corresponden. Medallas, por otra parte, bastante poco
brillantes: proporcionar sustento y techo a tres ancianas monjitas, vaya
dispendio. Como para ir echándolo en cara. Le recuerdo, por otra parte, que
Sijena dependía de Lérida. Sólo cuando se trata de soltar dinero, aunque sea
para dar de comer a tres monjas, parece que nos acordamos de que Sijena está en
Aragón.
7.
Las obras vendidas fueron, en total, 97. Solo 7 han sido
expuestas. Las demás pasaron los años encerradas en un almacén. Cuando se
devolvieron, fueron calificadas de “quincalla”. Bonita manera de apreciarlas.
Si esa es la opinión que se tiene de ellas, no es ya que no se entienda por qué
no las quieren devolver ahora, es que no se concibe cómo ha habido que recurrir
a los tribunales para recuperarlas.
8.
En el año 60 los técnicos del MNAC arrancaron sin permiso las
pinturas profanas de Sijena, que se presentaron públicamente en el 61 como
procedentes de “un castillo arruinado cercano a Lérida”. Así estuvieron
catalogadas en el museo durante 30 años. Repito la última frase del punto 3.
Podría seguir, pero me canso. Y
esto está siendo demasiado largo. Solo me hace gracia añadir unos últimos
apuntes:
1.
Dice usted que ignora cuáles han sido los méritos para que
Omella haya sido designado cardenal y arzobispo de Barcelona, dado que “la
institución a la que pertenece no dispone de un convenio laboral como las otras
y, por tanto, no es posible saber qué criterios se siguen para ir subiendo en
el escalafón”. EDITO: Tampoco sabemos cuáles son los suyos para ejercer de
periodista-opinador. Ya nos dará razón.
2.
Del resto de la carta, dedicada a criticar al arzobispo por
haber hecho en castellano la homilía en memoria de las víctimas del atentado de
las Ramblas, me abstengo de comentar nada porque, simplemente, me parece una
necedad. Ya perdonará que sea tan directa, pero como mínimo hay que calificar
así las palabras de alguien capaz de escribir este otro artículo,
que aprovecha circunstancias relacionadas con el atentado para pedir el voto a
favor de la independencia de Cataluña. Como si lo hubiera hecho para el no: da
náuseas.
3.
Lo único que está claro y parece totalmente sincero es que
Omella no es santo de su devoción. Y no digamos ya para la de sus comentaristas.
Menudas perlas sueltan: lo único que les importa es que el arzobispo no es
catalán. Ni aunque sea de Cretas,
zona reivindicada por los expansionistas “Països Catalans”. Ni aunque sepa
hablar catalán. Más que para reflexionar, da para desesperarse.
Menos mal que el medio en el que
ha publicado todo esto tiene menos lectores, según la OJD, que Albacete Abierto y Astorga Digital. Un
saludico.
Publicado en Patrimonio
cultural | Etiquetado arzobispo de
Barcelona, Generalitat de
Cataluña, Juan
José Omella, Manel
Mas, MNAC, Museu de Lleida, obispado de Lérida, OJD, patrimonio
del monasterio de Sijena, Sijena, Sixena
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