sábado, 19 de agosto de 2017

El alcalde secesionista de Batea




DONDE LAS DAN LAS TOMAN Y APROVECHANDO QUE EL PISUERGA PASA POR VALLADOLID, ESTE ALCALDE LE PIDE AL PRESIDENTE DE LA GENERALITAT QUE RESUELVA LOS AGRAVIOS DE BATEA O IGUAL SE VA DE CATALUNYA; COMO TIENE ARAGÓN AL LADO...

Era el primero de la clase. Tan inteligente como cabezota. Trabajador. Expeditivo. Toda la pandilla del Barça y él, del Español. Amante del fútbol y jugador de ajedrez. Orgulloso de ser payés y, ante todo, orgulloso de ser de Batea. Creó junto a otros amigos una agrupación de electores con las que se presentó para alcalde en 1991 y ahí sigue ganando con comodidad. Pactó con Pasqual Maragall y durante dos legislaturas también fue parlamentario. "Soy muy catalán; catalán del todo, pero antes soy bateano". Y como bateano se siente discriminado y maltratado por el Govern de la Generalitat que, entre otras cosas, se comprometió en el 2010 a subvencionar sesenta plazas de residencia para la tercera edad y hasta ahora sólo ha abierto la mitad. Paladella ha decidido plantarse: amenaza con irse de Catalunya "o armarla muy gorda si Puigdemont no se sienta a hablar" y ahí sigue en sus trece.

"Aquí se ha pasado mucho de frenada...", opina alguien que conoce muy bien al alcalde; un amigo incondicional que, hasta ahora, le había votado siempre. Estos últimos días han sido movidos. Unos tachan a Paladella de oportunista. De aprovecharse del momento político que vive Catalunya: "¿Qué propondría si el municipio estuviera en el Berguedà, por ejemplo? ¿Dónde íbamos a ir? Hay otras formas de protestar que diciendo que te marcharás". Otros vecinos lo han abrazado y se han acercado a su casa para felicitarle: "Es una medida de presión... No tiene miedo", dicen. En Batea todos se conocen. Y aunque las calles están desiertas por la sofocante canícula, este pueblo de apenas 2.000 habitantes está muy vivo este verano.

Hay que situarse en el sur del sur. En un extremo de la Terra Alta, más allá de Gandesa, junto a Aragón y lindando con Maella, Nonaspe y Fayón. "En Batea nadie nos ha regalado nada y ayudas hemos tenido muy pocas... Todo lo hemos conseguido trabajando y luchando", dice Paladella, hijo de un militante clandestino del PSUC. El pueblo vive de la agricultura. Hay treinta bodegas en funcionamiento "y somos el municipio de Catalunya que más vino produce", añade bien orgulloso.

Nadie le discute eso ni los servicios que ofrece el pueblo. Hace casi seis años el Ayuntamiento lanzó el carnet 'Viu Batea' (cuesta 30 euros al año para los vecinos y 50 para los no empadronados) y con él se entra gratis a la piscina (la hay de verano y de invierno), a la biblioteca, al cine (cada sábado y domingo), al gimnasio y al pabellón (donde hay pista de pádel y bádminton). Casi nada. "Siempre hemos defendido lo público, Gandesa también tiene pista de pádel pero a seis euros la hora para cada jugador; o pagan 40 euros al mes por el gimnasio", añade.

Con el partido del alcalde, Unió Per la Terra Alta (UPTA), el PSC acabó diluyéndose en el municipio. "El socialista es él", dice otro amigo, pero Paladella no se afilió "porque no me gustaba cómo era el partido". Algunos militantes del PSC se sumaron a su proyecto y otros abandonaron cuando Maragall perdió. CiU se despidió de la alcaldía hace 26 años y el PP –tan presente en estas comarcas– se ha quedado sin representación municipal. El singular Ayuntamiento de Batea –sin deudas y con casi 1,4 millones ahorrados– está gobernado por cinco concejales de UPTA, tres de Cent per Cent Batea (con algunos ex militantes y simpatizantes convergentes) y un edil del PDECat.

"Mi obligación es luchar para que Batea tenga las mismas oportunidades que Santa Coloma"

Las treinta plazas de la residencia que no llegan han sido la gota que ha colmado el vaso de Paladella. ¿De verdad se plantea irse de Catalunya por eso? "¡Es que clama al cielo! ¡Ni que fuera una sola plaza! La consellera o el director general no puede decirnos que no somos prioritarios, que Santa Coloma lo es más o asegurarme que no tenemos lista de espera, cuando sé perfectamente que hay familias esperando una plaza porque han venido llorando a decírmelo", insiste. Hace siete años el Parlament aprobó la puesta en marcha de la residencia con 60 plazas y la decisión se ha ratificado en hasta tres ocasiones. Además, para el Idescat, estas 60 plazas ya constan como abiertas, aunque sólo funcionan treinta y aún así, en la ratio de plazas comparada con la población, Batea se sitúa en la cola de Catalunya. La lista de agravios no acaba ahí: "Ahora tenemos asuntos de envergadura que no acabamos de resolver; uno importantísimo es que Gandesa reclama unas hectáreas de nuestro término municipal, alegan razones históricas con las que no estamos de acuerdo... Lo intentaron en el 2014 y ahora vuelven a insistir". En ese terreno hay tres molinos, lo que comporta unos ingresos de 40.000 euros al año aproximadamente. "Y también queremos hablar del tema de los molinos, no queremos más molinos en el municipio, vivimos de la agricultura; Si hay que ponerlos, queremos opinar cómo, dónde...", reclama. Por todo ello a finales de julio pidió dos reuniones: una con la Subdelegación del Gobierno en Tarragona para que, entre otras cuestiones, le informaran sobre las posibilidades jurídicas de separarse de Catalunya y otra reunión con Puigdemont. Con el subdelegado se verá el próximo jueves. Con el president no tiene cita. "Me dijeron que me reuniera con el delegado del Govern en las Terres de l'Ebre, pero yo quiero hablar con Puigdemont... El Govern nos está toreando, si no eres de su cuerda, te castigan", afirma. Paladella asegura que no va a dar ni un paso atrás "o nos resuelven el problema o plantaremos cara". Dice que la cuestión llegó a la prensa antes de lo que él habría querido y el pleno que se celebró unos días después fue tenso. "Vinieron los de siempre a insultar, pero ya estoy acostumbrado... No es agradable, pero soy una persona con convicciones y si creo que hay que hacer una cosa, la haré, por mucho que nos digan y que nos chillen". El alcalde insiste en que la posibilidad de irse está ahí, "si Puigdemont no nos despacha, diremos adiós, si nos despacha, no; la contradicción la tiene la Generalitat que dice que Madrid nos discrimina y quiere hablar con Rajoy... es lo mismo que haremos nosotros". Lo dice muy serio y añade: "Al final, cualquier decisión será colectiva". ¿Convocará una consulta, pues? "Aquí llamamos a la gente para cualquier cosa, con 2.000 personas puedes hacerlo", contesta. Está a favor del derecho a decidir. Pero para el 1 de octubre él no hace campaña. "Si tenemos que construir un país nuevo que sea en condiciones, si tiene que ser como ahora, me da igual... Siempre he luchado por lo público y para que todos mejoremos". Su talante también le ha reportado decenas de contenciosos, casi todos ganados. Entre ellos de la Fundació Terra Alta Siglo XXI o con la empresa que tenía el monopolio de los servicios funerarios: "Antes un entierro nos costaba unos 6.000 euros y ahora menos de 3.000", dice. Su próximo objetivo: construir el nuevo parvulario junto al colegio y el instituto. Tenía 28 años cuando llegó a alcalde, llevará 28 años en las próximas municipales y no sabe si repetirá.

Fuente: VICENÇ LLURBA


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