jueves, 25 de enero de 2018

Emilio Gastón: ochenta años de rebeldía humana




Tuve ocasión de asistir a dos conferencias de Emilio Gastón y me causó una gratísima impresión. Sirva el siguiente artículo como homenaje, pues me acaba de llegar la noticia de su fallecimiento. Descanse en paz.

Nos parece oportuno en este mes de enero de 2015, en el que Emilio Gastón cumple ochenta años, celebrar a quien ha tenido presencia pública destacada en la vida aragonesa, como ciudadano, poeta y hombre público. Su figura puede servirnos de inspiración para devolver dignidad y crédito a la
labor política.

Con larga dedicación profesional a la abogacía –tras asumir el bufete paterno–, quiso poner el derecho al servicio de las personas y de su sentido de la justicia, apoyando a quienes sufrían los abusos del poder. Asumió desde muy temprano un pleno compromiso con la democracia, las libertades públicas y los derechos humanos –influido por la prisión de su amigo Vicente Cazcarra–, y fue miembro activo en la oposición al franquismo desde la Junta Democrática y protagonista directo en la consolidación de la vida democrática española, convencido siempre de que “la vida sin lucha es cosa tonta”, aunque frecuente. Supo asumir también la defensa de la naturaleza, del paisaje, de los ríos y del patrimonio cultural. Encarnó el movimiento autonomista aragonés y la reivindicación de un “poder aragonés” al servicio del individuo, de la igualdad social, del equilibrio territorial y de un proyecto federal, desde el Partido Socialista de Aragón (PSA) que contribuyó a fundar. Diputado por Zaragoza en las Cortes Constituyentes, tras las primeras elecciones generales democráticas, ocupó escaño en el Grupo Mixto –junto a Enrique Tierno Galván– y fue su portavoz y miembro activo en la Comisión Constitucional. No aceptó el proceso de “unificación” del PSA con el PSOE y, tras una breve segunda etapa al frente del recuperado PSA, se retiró de la política activa, “hasta nuevo orden”.

Con el respaldo unánime de las Cortes de Aragón en 1987, fue responsable de la puesta en marcha del Justicia de Aragón, como primer titular de la institución, que abrió a todos los colectivos ciudadanos, con quienes brindó por la “queja perpetua”, es decir, por una democracia profunda, exigente, avanzada. Desempeñó un único mandato.

No ha faltado nunca su generosa presencia y su aliento en las numerosas iniciativas cívicas surgidas para la defensa de los valores colectivos, como la naturaleza, la cultura, la paz o la dignidad humana.

Destaca asimismo en Emilio Gastón su labor poética, que comenzó a gestarse en los años cincuenta del pasado siglo en torno a la tertulia del zaragozano Café Niké y a la Oficina Poética Internacional. Su poesía es una poesía utópica, humana, surrealista, existencial. Con ecos de Miguel Labordeta, de César Vallejo, de Neruda o Lorca; y a la vez profundamente personal y reconocible. La poesía de Gastón –excepcional rapsoda, lo cual no es muy habitual entre poetas– está sostenida en versos largos y caracterizada por la creación de neologismos (“nubepensador”), de términos provenientes de su mundo jurídico y de formas adjetivales (“felipesecundario”) o adverbiales (“ipsofactamente”) propias de quien sabe conducir al lenguaje más allá de sus estrechos límites convencionales. La de Gastón es una poética de la naturaleza y, en último término, del ser humano y la esperanza que este despierta. Cultivador y defensor del esperanto, ha querido también escribir sus versos en aragonés cheso.

Y está también el Emilio Gastón escultor, el “chatarrero”, como gusta llamarse. El hombre que lucha con el hierro y el vacío, a medio camino entre la abstracción y Pablo Gargallo.

Hombre comprometido siempre con la res publica, con una trayectoria coherente y honesta, siente todavía pendiente de realización esa gran utopía que es la fraternidad, la hermandad planetaria. Y a dicha tarea nos sigue convocando con su palabra y su amplia sonrisa, desde sus ochenta años.

4 comentarios:

  1. Le recuerdo de aquellas célebres publicaciones y aquellas célebres reuniones de la Transición donde se intentó forjar una Federación de Partidos Socialistas que realmente reflejaba la variedad de los pueblos de España. Ahí estaba Beiras, Ernest Lluch, Raventós, Joan Garcés, Leguina cuando era Leguina o Rojas Marcos cuando Rojas Marcos era Rojas Marcos.
    El fracaso de aquel movimiento nos abocó a las miserias presentes.
    Un abrazo

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    1. Además de estar muy bien documentado, tienes una memoria prodigiosa, amigo Krapp-

      Yo tuve oportunidad de asistir a dos conferencias que impartió en Barcelona, cuando detentaba el cargo de Justicia de Aragón, y quedé gratamente sorprendido.

      Un abrazo

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  2. Con tu post, has hecho un hermoso homenaje a Emilio Gastón, desde algún lugar te mirará agradecido. Saludos.

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    1. Es un personaje muy estimado y admirado, sobre todo, en Aragón. No soban personalidades de esta categoría. Últimamente se echan a faltar más que nunca.

      Saludos, Mara

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