lunes, 9 de julio de 2012

O'Donnell toma el castillo de Aliaga




Aliaga fue en el siglo XIX importante plaza carlista dentro del territorio del Maestrazgo controlado por Cabrera. Refortificado su castillo árabe hacia 1838, dos años más tarde es sitiada y conquistada definitivamente por el general O`Donnell para el gobierno liberal.



Historia:


A).- El castillo fue conquistado en 1118, mismo año de la toma de Zaragoza, por Alfonso I, y cedido a Lope Johanes de Tarazona, junto con los de Pitarque, Jarque, Galve, Alcalá de la Selva y Apelia. La fortaleza estaba muy lejos de Zaragoza y tras su muerte en 1134, el repliegue que la siguió produjo que el castillo volviera a manos musulmanas con la invasión almorávide de 1134. El castillo fue reconquistado definitivamente por Alfonso II, no se conoce la fecha exacta de esta hecho. Pero si se sabe con seguridad que en el año 1163 el castillo pertenecía ya a la orden de San Juan, donado por Sancho de Tarazona, actuando como recibidor fray Miro, prior de Aragón y Navarra. En 1180 ya estaba configurado como encomienda, siendo el comendador G. de Vetula, quien al año siguiente también recibiría la iglesia de manos de Pedro Torroja, obispo de Zaragoza. Así en torno al poderoso Castillo de Aliaga se origino una gran encomienda de la que dependían lugares tales como: Pitarque, Fortanete y Sollavientos; diez años más tarde el rey Alfonso II también entrego a la orden la población de Villarroya de los Pinares. En 1216, el comendador Aimerico de Pace concedió fueros a los pobladores de Aliaga.


En 1462 la encomienda fue tomada por el señor de Híjar con ayuda de soldados castellanos, que entraron en Aragón en defensa de la causa del príncipe de Viana contra Juan II, en esa fecha era comendador de Aliaga Juan Ram. Aliaga permaneció poco tiempo bajo el dominio forzoso del señor de Híjar, quien por el contrario se reconcilio con el rey Alfonso II y recibió el condado de Aliaga y Castellote con el consentimiento del prior Belmonte. Juan II dispuso en su testamento que se devolviera Aliaga y Castellote a la Orden de San Juan, pero ambas continuaron bajo el dominio del señor de Híjar, que recibió en 1487 el titulo de duque de Aliaga.

El castillo no volvió a tener ningún otro episodio importante hasta la segunda guerra carlista, en la cual fue fortificado y se le coloco abundante artillería. En 1840 el general O’Donnel, al mando de las fuerzas isabelinas, sitio el Castillo de Aliaga, defendida por el comandante Francisco Macarulla, quien lo rindió finalmente, sin que, al parecer sufriera grandes destrozos.

Fuente: Castillos de Aragón, un recorrido por el patrimonio aragonés.


B).- La población de Aliaga se extiende bajo una peña. Mimetizada entre sus piedras encontramos el lienzo de una vieja muralla que durante siglos albergó un castillo, que defendió a la población de los peligros externos.
El recinto fortificado de 4.000 metros cuadrados hoy se encuentra prácticamente en ruinas, pero todavía se reconocen los tres recintos amurallados escalonados sobre el terreno. El primero, en la punta del peñasco, albergó la primitiva torre del homenaje. Hay un segundo recinto de murallas del que apenas quedan dos pequeños tramos en pie. El recinto exterior es el mejor conservado, con un muro de escasa altura y gran cantidad de cubos semicirculares y una gran torre semicircular en el flanco sureste.
Los grabados del siglo XIX ofrecían una vista magnífica del castillo, con aspecto de inexpugnable fortaleza. Esa imagen contrasta con el abandono que ofrece en la actualidad, sin que apenas lleguemos a diferenciar las piedras del muro derruido con las de la propia peña.
La primera mención del castillo se produce en 1118 con la conquista de Alfonso I. Sin embargo la ocupación cristiana de la población debió ser meramente militar y efímera, ya que cesó a la muerte del Batallador regresando a manos almorávides en 1134.
La definitiva conquista cristiana de Aliaga se producirá con Alfonso II, quien la donó a la Orden Militar del Hospital de San Juan de Jerusalén. Así, el castillo de Aliaga se iba a convertir desde 1180 en la sede de la encomienda de la que dependieron los lugares y castillos de Pitarque, Fortanete, Villarroya de los Pinares y Sollavientos.
Durante tres siglos mantuvo un tranquilidad el castillo hasta que en 1462 fue ocupado por el señor de Híjar, partidario de la causa del príncipe de Viana en la guerra contra el rey Juan II. Finalmente, tras su reconciliación con Juan II, recibió el condado de Aliaga y Castellote. En 1487 los señores de Híjar recibieron el título de duques de Aliaga.
No hay noticias destacables del castillo de Aliaga hasta el siglo XIX y las guerras carlistas, ya que con el establecimiento de Cabrera en el Maestrazgo se fortificaron las defensas de la zona. En 1840, en uno de los últimos episodios de la guerra, sitió esta plaza el general 
O´Donell, al mando de las fuerzas isabelinas, defendiendo su castillo las fuerzas carlistas al mando del comandante D. Francisco Macarulla, quien sólo accedió a la rendición al quedar aquél casi destruido por el fuego de la artillería enemiga: capituló con los máximos honores el 16 de abril.
Ese fue el inicio de la ruina del castillo, pero lo que más le ha perjudicado ha sido la desidia posterior por los nulos deseos de la conservación de un gran monumento histórico-artístico aragonés.
Fuente: Red Aragón.com





3 comentarios:

  1. Afortunadamente que no sufrió grandes destrozos.
    Un saludo

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  2. La realidad es que sí los sufrió. Hoy apenas quedan unos torreones y algún muro que tiene los días contados. La artillería hizo estragos muy considerables...
    Un abrazo, Mari-Pi

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  3. He añadido la síntesis B de RedAragón porque se ajusta más a los hechos históricos, sobre todo en lo referente al estado de destrucción en que quedó el castillo tras el bombardeo de las tropas liberales.

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